Existe una política, lógicamente no escrita, de Chile en relación al grado de influencia que desea ejercer en Perú, enfocándose en la zona que tiene más a la mano, nuestra zona sur. Las causas son netamente estratégicas, entre otras, para crear un manto protector de sus inversiones aprovechando además, el creciente flujo migratorio de peruanos hacia el país del sur.

Las causas son obvias desde el punto de vista de cualquier chileno con mínimo sentido prospectivo, en algunos años – no muchos – se quedarán prácticamente desprovistos de recursos naturales, básicamente hídricos y energéticos. Al respecto, desarrollan planes para posicionarse en campos como el económico y el social. Puede parecer ofensivo pero el fondo del asunto es que Chile mejor que nadie conoce sus limitaciones, un país arrinconado al sur del continente con una distribución antojadiza de territorio, con polos totalmente contradictorios pero igual de pobres (respecto a sus recursos).

Desde hace algunos años los viajes hacia Chile han aumentando, entre otros factores, producto de la flexibilización (desde el año 2005) de las condiciones establecidas para el tránsito de personas en la frontera Perú – Chile. Asimismo, el vecino país ofrece a ciudadanos tacneños la posibilidad de nacionalizarse chilenos mediante trámites sencillos; aquí un detalle importante, según el Departamento de Extranjería de la Gobernación Provincial de Arica, del 2002 al 2006 se aprobaron al respecto 50 solicitudes (en el año 2007 se tramitaron 27), pero en aquel entonces, nada menos que un funcionario del Consulado de Chile en Tacna, Francisco Moncada, señaló que: “Aproximadamente la mitad de la población tacneña se ha nacionalizado”, claro que no deja de ser un comentario hilarante, pero nos hace reflexionar sobre sí quizá en un par de años acaso no dirán que Machu Picchu tuvo en origen chileno.

La población de origen aymara, procedente en gran número de Puno, tendría mayor facilidad para acogerse a dicha nacionalización, considerando su vinculación con los aymaras chilenos, pero lo cierto es que también se ofrecen, a quienes opten por la nacionalidad sureña: facilidades crediticias para la adquisición de bienes muebles e inmuebles, integrar su sistema previsional, el ejercicio de los derechos civiles y políticos inherentes a cualquier ciudadano chileno (aún sin trasladarse del territorio), educación gratuita para los hijos en Chile, bienestar social, entre otras cosas. Para la etapa de captación usan programas, como el denominado “Damas Chilenas”, como parte de todo un proyecto coordinado por el Consulado chileno.  

¿El propósito de todo esto? Luego de saber las facilidades para educar a los hijos en Chile (con lo que asumirían la ideología chilena), al cumplir la mayoría de edad podrían cumplir su servicio militar en dicho país, lo que nos hace reflexionar sobre otra posible causa de toda esta estrategia soterrada.

A la ya preocupante situación, se advierte que ciudadanos chilenos bajo la excusa del turismo, adoctrinan a pobladores de los anexos de Palca – Tacna –  (como Paso de los Vientos, Caplina, Alto Perú y Tripartito), especialmente a quienes se encuentran entre los 15 y 18 años, a optar por la nacionalidad chilena a cambio de beneficios económicos y sociales.

Pero ¿Qué diría si estudiantes peruanos cantasen el himno nacional de Chile? Eso ocurre en los colegios cercanos a la frontera binacional, como el “Darío Salas”, “F-3 España” y “José Abelardo Núñez”, para terminar, la Dirección Provincial de Educación de Arica manifiesta que, los establecimientos educativos ubicados en los valles de Lluta y Azapa, cuentan con presencia masiva de estudiantes peruanos y bolivianos, quienes superarían los 360.

El análisis de la incursión chilena es un largo tema, de gran importancia por supuesto, aquí no se trata de animadversión sino de respeto, el no a los dobles discursos ni tampoco a la sonrisa con un previo cruce de dedos, aquí el tema es el Perú como siempre debe de serlo.