Históricamente, muchos estudiosos chilenos coinciden que su política nacional es de un carácter bipolar, es decir, pasa por periodos de excitación seguidos por otros de profunda depresión. El problema como en la mayoría de sociedades, es el nivel de atención que la ciudadanía puede prestar a un problema coyuntural de interés nacional, el poblador se desengancha del asunto hasta que cae todo en un marasmo punitivo.

En Chile por ejemplo, casos como Correos, COPEVA y ENAP, fueron un despertar del sonambulismo que sufre una sociedad que repite a nivel subconsciente que todo esta bien. A los primeros destapes, se sumaron el MOP, INJUV, Chiledeportes, MINEDUC y EFE, pero aquí preocupa que miembros del actual gabinete – por ejemplo, Francisco Vidal – hayan estado inmersos de alguna u otra manera en dichos actos de corrupción. Aquí la persecución legal de hechos delictivos es un sueño, como lo dijo en su momento Bertolt Brecht: “Muchos jueces son incorruptibles, nadie puede inducirlos a hacer justicia”.

Uno de los puntos de partida para escándalos como el de los Mirage o los recientes F-16 en Chile, son los lobbies, los que por naturaleza propia son incluso técnicamente necesarios, el problema inicia cuando se hacen con segundas agendas, llenas de intereses personales de la clase política, preacuerdos hechos en Puyehue o con desayunos en Casa de Piedra. El caso FASA invita a pensar si Piñera es el único personaje de relevancia política con acciones en dicha empresa, ¿Acaso podría asegurarse que ningún otro político tenga acciones en Cruz Verde, Salcobrand o el mismo FASA?

Se debe recordar que, Piñera reconoció su calidad de accionista de FASA incluso después de ser emplazado por Frei, lo que sin ser ilegal llega a trastocar la ética en los mercados; asimismo, debe recordar todo chileno que LAN fue multada por autoridades norteamericanas por temas de corrupción y colusión. Cerrando este capítulo, es desconocido certeramente cuanta participación tiene Piñera en las AFP, las que se apropiaron de dinero de los trabajadores.

Al tema de la concertación de precios, se tiene que añadir el hecho que el dueño de una de las cadenas involucradas es también dueño del BCI (Banco de Crédito e Inversiones), otros personajes con participación a través de otra cadena son los dueños de Saga Falabella, condenados recientemente por manejo de información privilegiada en la compra de acciones, todo este tipo de asuntos traen a la memoria un viejo spot publicitario del mismo Chile: “Si no va a ayudar a aclarar, no ayude a oscurecer”. ¿Pero quién se salva? ¿Frei?, con un poco de memoria se recordará que cuando estaba por terminar su periodo firmó un contrato de construcción de Pangue y se le vinculaba con Ralco (la construcción de las represas de Pangue y Ralco causó gran controversia ya que ello implicó la inundación de tierras ancestrales pehuenches protegidas por la ley indígena).

Pero el partido de la Concertación se encuentra en el poder en Chile por ya varios años, el poder corrompe, de pronto la mandataria Michelle Bachelet lanza un plan de inyección económica que le costaría a Chile unos US$ 330 millones, sin pecar de suspicaz, la clara intención es mantener al partido de Gobierno en el poder, la excusa, el momento es propicio.  

Mientras tanto la Fiscalía Oriente realiza desde el 2007, conjuntamente con la Brigada de Lavado de Activos (Brilac), una investigación indagatoria sobre la compra de los tanques Leopard 1 a Holanda en 1998, se ha detectado hasta el momento millonarios traspasos a cuentas de militares vinculados al poder hasta el año 2005 (en este punto existió una demora, debido a que en el 2005, entró en vigencia la Reforma Procesal Penal en Santiago, debiéndose informar también al Ministerio Público). Durante la venta de los tanques, la empresa intermediaria – RDM Technology (Rotterdam Droogdok Maatschappij) – pagó US$ 7,5 millones (14% de los US$ 53,7 millones del valor de la exportación) a altos mandos del Ejército a través de Guillermo Ibieta, el gestor chileno de la compra de los Leopard.

El tema de las compras bélicas da para más, entre otras cosas por las comisiones, pero ya es un tema bastante conocido y muy manoseado, pero ante tremendos gastos en adquisiciones militares lo lógico es pensar en los próximos años, ¿Qué vendrá?, pues licitaciones para los repuestos, municiones, combustible y claro, más comisiones