Si prestas atención notarás que la película “La Leyenda de los Guardianes de     Ga’Hoole”, posee escenas que se asemejan a la realidad peruana.

Si no llegaste a ver  la película te comentamos la historia para que puedas captar la similitud.

“La Leyenda de los Guardianes de Ga’Hoole” recrea las aventuras de un joven búho llamado Soren, que se encontraba entusiasmado por las historias épicas que le narraba su padre acerca de unos guerreros aliados que lucharon para salvar a su pueblo de la opresión de los malvados Puros.

Mientras que el pequeño Soren soñaba con unirse algún día a sus héroes, su hermano mayor, Kludd  ansiaba cazar, volar y arrebatarle a su hermano menor (Soren) el favor de su padre. La envidia de Kludd logra terribles consecuencias, ocasionando que los pequeños búhos caigan de su casa, en la copa del árbol, directamente a las garras de Los Puros.

Los puros toman de rehén a los infantes,  los adoctrinan bajo la luz de la luna, les enseñan a odiar, subestimar e imponerse mediante  la fuerza y el miedo.  Su hermano Kludd se une a los Puros porque piensa que es allí donde pertenece; mientras que Soren se resiste a creer que ese sea su destino.

El pequeño Soren logra escapar con la ayuda de otros jóvenes y valientes búhos. Juntos atraviesan los océanos y las espesas nieblas, en busca del Gran Árbol, hogar de los legendarios Guardianes de Ga’ Hoole, la única esperanza que le queda a Soren para derrotar a Los Puros y salvar el reino de los búhos. Al final, el bien triunfa sobre el mal. Los Puros son derrotados por los Guardianes de Ga’Hoole.

La película parece haber sido inspirada en el Perú.  Los malvados Puros, se asemejan a Sendero Luminoso, pues  raptan niños, los adoctrinan,  les lavan el cerebro y les hacen repetir frases del Marxismo, Leninismo, Maoísmo.

Las personas que han vivido en la época del terrorismo pueden constatar  muy de cerca estos hechos.  Por lo que me permito contarles que hace varios días un amigo me contó su historia, y luego de mucha insistencia me permitió usar su testimonio para  ejemplificar la película en el contexto peruano.

Mi amigo, a quien llamaremos  por el seudónimo Carlos Mamani, vivió en Ayacucho en la zona del Vrae.

Cuenta que cuando tenía solo 10 años fue secuestrado por sendero luminoso mientras ayudaba a sus padres en la chacra. Carlos siempre tuvo la esperanza de escapar, y hasta que un día  mientras se bañaban logró mantener la respiración bajo el agua durante mucho tiempo. Los senderistas se marcharon del lugar sin percatarse su ausencia. Carlos escapó cuando tenía 13 años.

A Carlos Mamani le hubiera gustado poder hacer algo por liberar a los demás niños, pero el miedo lo  paralizó. Él comenta que cuando estaba secuestrado los terroristas les adoctrinaban, les hacían repetir frases que nunca llegó a entender, y hasta mataban solo por  demostrar su fortaleza y  poderío ante los demás.

Y al ver la película la Leyenda de Gahoole,  todas esos recuerdos fueron apareciendo simultáneamente en los ojos brillosos de Carlos Mamani. Él nos relata que las escenas las había vivido en carne propia, y que sentía remordimiento no haber buscado ayuda para liberar a los demás niños.

En el Perú se viene repitiendo las  escenas más cruentas  de la Leyenda de Gahoole. Parece extraño que esta vez la ficción haya superado a la realidad, pues no hemos sido capaces de liberar a nuestros niños de las garras de los senderistas.